La tarde transitaba gris y somnolienta. Habían anunciado lluvia y el calor húmedo ahogaba las ganas.. Alguna brisa fría que traía el loco sur lograba, de tanto en tanto, que la inquieta ciudad respirara.. Y en medio del ruido, una oración.
Señor, creo en ti, y anhelo que me muestres el camino que debo recorrer, Tu eres el camino, enséñame a permanecer en ti. Obra en mi corazón, sana mis heridas para amarte con toda libertad. Ayúdame a concluir las historias que deje pendientes. Rompe mi letargo voluntario,
quiero oír lo que tienes que decir..
Un movimiento corto de labios, un amen apacible. El colectivo sigo su marcha atropellando señales, enloquecido con un horario imposible. Y ella allí, esperando la respuesta, con el corazón tranquilo sabiendo que todo estaría bien.. 23.04.11
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