Duermo y sueño,
vivo y sueño, ando y sueño. Y, a veces, esa necesidad de soñar desvela los
sentidos, otras es una necesidad inherente a cualquier suceso. Dormir para
soñar, soñar para seguir viviendo, vivir para lograr un espacio en que los
sueños sean más reales y despiertos.
Hay sueños que no son propios, sueños que han
caído de lo alto con un pequeño manual de instrucciones en un raro idioma de fe
y convicciones. Sueños que se asemejan utopías, raras moralejas de cuentos
inacabados, finales felices de historias lejanas, vidas paralelas, susurros de
alma. Sueños que rehusamos soñar.
Por qué? Tal vez por facilidad de adquirir vidas
prefabricadas que ofrece la sociedad. Tal vez por el esfuerzo que implica ganar.
Tal vez porque hemos perdido el infantil tesoro de sabernos protagonistas de
nuestra historia. Tal vez por sentirnos más cómodos como espectadores pasivos.
Pero los “tal vez” han perdido fuerza para mí, no
quiero ser actriz de reparto. Quiero un estelar. Quiero ser lo que he sido
llamada a ser. Quiero vivir y morir por algo más grande. Quiero soñar alto y
lejos. Quiero llegar. Quiero dejar huella y ser recordada por hechos y no por
palabras sueltas. Quiero.. Quiero tantos quieros como sean posibles cumplir.
Quiero vivir Tu sueño. Y cuando se acabe, seguir viviendo en Ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario